Siguiendo el plan Cerdà, el barrio se construyó con el dinero de las familias acomodadas de Barcelona. Los burgueses de la ciudad competían en refinamiento estético con la construcción de sus viviendas en edificios modernistas, de interiores y fachadas profusamente decoradas con los materiales más diversos: madera, cerámica, vidrio emplomado o hierro forjado. Lo vemos en muchos de los edificios modernistas del lado derecho del Eixample, donde proliferan obras de arquitectos como Puig i Cadafalch, Domènech i Montaner o el propio Gaudí, entre muchos otros.
En nuestro atento paseo por esta zona central del Eixample de Barcelona, encontraremos muchas casas de arquitectura sorprendente. Todas ellas lucen espléndidas decoraciones florales, detalles neogóticos o vidrieras que nos muestran el mejor modernismo. La visita del Quadrat d'Or, un museo del Modernismo al aire libre, es una invitación a contemplar este legado de la arquitectura y el arte de finales del siglo XIX y principios del XX.