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La Rambla es una caja de sorpresas inagotable. Una caja que se abre y deja entrever joyas como esta alegoría del orientalismo la Casa Bruno Cuadros, que en su día fue una tienda de paraguas de Barcelona.
Miles de personas pisan a diario el mosaico que Joan Miró realizó en medio de las Ramblas de Barcelona. Algunos ni se dan cuenta; otros se detienen para contemplar los colores característicos del artista barcelonés. Pero muy pocos saben que este espacio de La Rambla fue emblemático para la ciudad.
Un edificio con una arquitectura imponente y una historia convulsa que se remonta al siglo XVIII, cuando fue construido como arsenal militar de la represiva Ciutadella.
Este conjunto modernista, el más importante de Europa, es hoy en día un referente de la riqueza monumental de Barcelona, y también de su espíritu innovador.
La arquitectura de la Universitat de Barcelona es emblemática. Estudiantes, forasteros o simples curiosos encuentran espacios fascinantes entre patios enclaustrados, jardines románticos, aulas de concepción clásica y una biblioteca donde el tiempo parece detenerse.
Basílica de Santa Maria del Pi
Desde muchos puntos del Barrio Gótico de Barcelona puede oírse el repicar de la Antònia, la campana más grande de las seis que coronan el campanario octogonal de la iglesia de Santa Maria del Pi. Acerquémonos a descubrir entre las pintorescas plazas del Pi y de Sant Josep Oriol la iglesia de Santa Maria.
Un edificio de fachada neoclásica que esconde en su interior uno de los tesoros del Gótico civil barcelonés más desconocidos de Barcelona.
Como una gran jeringuilla que apunta hacia el cielo, la silueta de la torre de Collserola se recorta en el horizonte barcelonés desde 1992.
Ayuntamiento o Casa de la Ciutat
En la plaza Sant Jaume, en el centro del Barri Gòtic y de cara al Palacio de la Generalitat de Catalunya, encontraremos el Ayuntamiento de Barcelona o Casa de la Ciutat. La fachada neoclásica esconde joyas góticas como el histórico Saló de Cent, construido en el siglo XIV por Pere Llobet.
El perfil de Barcelona incorporó en el 2003 una nueva silueta: la de un enorme cilindro que surge de la tierra y apunta hacia el cielo, con una superficie de cristal donde se reflejan los colores del Mediterráneo. La Torre Glòries es uno de los símbolos de la Barcelona contemporánea.