Torre de las Aguas del Tibidabo
El Tibidabo, el punto más alto de la sierra de Collserola de Barcelona, es uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad y bien merece una visita. Su historia es muy interesante: en el año 1899 una empresa formada por miembros muy selectos de la alta burguesía de la ciudad (la Sociedad Anónima del Tibidabo) urbanizó la zona bajo el liderazgo del farmacéutico Salvador Andreu, cuya intención era construir una colonia residencial para familias acomodadas.
En 1901, para salvar la pendiente de la montaña, abrieron la avenida del Tibidabo e inauguraron un nuevo tranvía, que se llama desde 1942 Tramvia Blau. Si recorres la avenida podrás contemplar las majestuosas residencias con jardín de estilo modernista que se construyeron también en esa época. El tranvía llegaba hasta la plaza del Doctor Andreu y desde allí se podía acceder a la cima de la montaña con el funicular. Hoy en día el funicular, llamado Cuca de Llum, sigue operativo y te llevará directamente al Parque de atracciones Tibidabo.
Allí, a 523 m sobre el nivel del mar, encontrarás la Torre de las Aguas del Tibidabo. Se trata de un edificio de 35 m de altura con un depósito de más de 200 m3 proyectado por el arquitecto Josep Amargós i Samaranch. Fue un encargo que en 1905 hizo la empresa promotora a la Sociedad General de Aguas de Barcelona para poder abastecer la nueva urbanización.
La Torre de las Aguas fue todo un icono de su época. De estética modernista, tuvo el primer ascensor eléctrico de España, obra del ingeniero Joan Torras Guardiola. La torre se convirtió en un símbolo de progreso, ya que gracias a su pericia técnica, era capaz de impulsar el agua a una cota muy elevada. Hoy en día sigue operativa, ya que da servicio a la zona urbanizada cercana a la montaña.
La Torre de las Aguas fue la única construcción visible en la cima del Tibidabo hasta el año 1921, cuando se construyó la Atalaya del Parque de atracciones Tibidabo. Años más tarde, en 1961, se finaliza la construcción del Templo Expiatorio del Sagrado Corazón y en 1992 se inaugura la Torre de Telecomunicaciones de Norman Foster. Hoy en día todas ellas forman parte de los grandes iconos del skyline del Tibidabo.