La primera torre de las aguas del Eixample
El plan urbanístico del Eixample de Barcelona del ingeniero Ildefons Cerdà extendió la ciudad de Barcelona fuera de las murallas medievales. Sigue una estructura cuadriculada con las esquinas de las calles rebajadas y se ha convertido en un modelo urbanístico internacional. Cuando fue aprobado en 1859, el Ayuntamiento no previó el abastecimiento de agua para la nueva ciudad. Los promotores de las primeras manzanas tuvieron que proporcionar con medios propios agua corriente a las viviendas de los nuevos edificios.
En el interior del espacio verde comunitario previsto en el Plan Cerdà formado por las calles Roger de Llúria, Consell de Cent, Bruc y Diputació, se abrió un pozo en 1867. Las aguas eran impulsadas con una máquina de vapor hasta un depósito elevado de 730 m3 situado sobre una torre de aguas. En 1870 la Asociación de Propietarios de Agua del Eixample compró la instalación e hizo elevar la torre para dar más presión a la distribución de agua.
En el siglo XX, con el tiempo, la obsoleta torre de aguas dejó de prestar servicio. En 1987 el Ayuntamiento de Barcelona inauguró un jardín público en el interior de manzana. Se derribaron la chimenea y el edificio de calderas y se habilitó una piscina alimentada con aguas freáticas. Hasta 2019 actuó como piscina pública llamada popularmente "la playa del Eixample".
La torre de aguas, con una altura de 24 m y equilibrada estructura de ladrillo visto, es un testimonio excepcional de los orígenes del Eixample de Barcelona y el elemento más atractivo de unos jardines que se han convertido en celebrado espacio ciudadano.