Ruta de la cultura del agua
Esta ruta es una forma muy original de acercarse a la historia de Barcelona, ya que través de doce lugares seleccionados, descubrirás cómo la población ha ido aprovechando el agua en la ciudad a lo largo de los siglos. Empezaremos hace más de dos mil años con el Acueducto Romano de la antigua Barcino que garantizaba el suministro de agua a la población de aquella época. En la Barcelona medieval, la acequia del Rec Comtal se utilizó para usos productivos de forma muy eficiente. En el siglo XVIII, se construyó la red de galerías de la Mina de Montcada para captar el agua subterránea del río Besòs y asegurar suficiente agua para que circulara por el Rec Comtal regularmente.
Y cuando en la segunda mitad del siglo XIX y primeras décadas del XX Barcelona se consolida como una metrópolis europea gracias a un gran desarrollo industrial, surgen nuevas necesidades debido al aumento de la demanda. De este periodo son algunas de las infraestructuras que se conservan hoy en día como un valioso patrimonio: la Torre de las Aguas del Eixample, el Depósito del parque de la Ciutadella, la Torre de las Aguas del Besòs, la Torre de las Aguas del Tibidabo o la Font Màgica de Montjuïc, todas ellas ubicadas en espacios estratégicos de la ciudad. Otras infraestructuras, como la Casa de las Aguas de Montcada, la Casa del Agua de Trinitat Vella, la Casa del Agua de Trinitat Nova, el Acueducto del Parque Central de Nou Barris o los Pilares de Agua de la Mina de Can Travi en Horta se reparten por toda Barcelona y son un excelente testimonio de la importancia de la cultura del agua para la ciudad.