Ubicado en el distrito de Sant Martí, la Vila Olímpica nacía de la mano de los Juegos Olímpicos de 1992, cuando se decidió construir un barrio entero cerca del mar como residencia para los atletas que iban a participar en las competiciones deportivas. Con esta gran operación urbanística se regeneraba buena parte del litoral urbano y se ocupaba un suelo industrial muy deteriorado. Se escogieron los mejores arquitectos del momento para levantar bloques de viviendas y así Barcelona ganaba no sólo un barrio residencial sino también nuevas playas, amplias zonas ajardinadas y equipamientos públicos.

De vez en cuando, la presencia de alguna chimenea nos recuerda el pasado industrial de un barrio que ahora presenta las mejores oportunidades de ocio de Barcelona. Alzando la vista descubriremos dos rascacielos levantados sobre el Port Olímpic, la torre Mapfre y el lujoso Hotel Arts, de 144 metros de altura, con el Gran Casino de Barcelona situado en sus bajos. Debajo, un enorme pez dorado, diseñado por Frank Gehry, contempla el mar. En la nueva marina del Port Olímpic, la oferta gastronómica nos permite disfrutar de una buena comida a cualquier hora del día.

Y las playas que se extienden a ambos lados del puerto nos invitan a tomar un baño refrescante o pasear junto al mar. La zona incluye, además, una amplia oferta de actividades náuticas y deportivas.