La originalidad del templo, con iglesias a doble altura, una en la cripta y otra encima, hacen de esta construcción una visita obligada. La mezcla de estilos también es de lo más estimulante: neobizantino, neogótico y modernismo. Entre los artistas que trabajaron en ella, el escultor Frederic Marès, Alfons Juyol o el mosaicista Lluís Bru. Entre las vidrieras de la iglesia superior destacan las representaciones de advocaciones marianas tan conocidas en el mundo católico como la Virgen de Guadalupe (México) o la Virgen de la Caridad del Cobre (México).
Presidiendo el monumental templo encontramos una no menos monumental escultura del Sagrado Corazón que bendice la ciudad desde casi 600 metros de altura. Un ascensor interior permite el acceso a las terrazas superiores y la torre más elevada. Una visita que se convierte en una experiencia ideal para elevar el espíritu.