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La iglesia de Sant Felip Neri se levanta discreta en un rincón escondido del Barrio gótico, una placita de aires románticos que ostenta el mismo nombre.
Monumento a los héroes de 1809
Delante del claustro de la Catedral de Barcelona sorprende un monumento de estilo realista que contrasta con el estilo gótico predominante en los edificios que lo rodean. Hallamos representados cinco mártires que fueron ejecutados después del intento de insurrección contra las tropas francesas durante la ocupación de Barcelona, en el año 1808.
Delante de la muralla romana de Barcelona, allí donde el acueducto llegaba a la ciudad, encontramos este poema visual de Joan Brossa. Leemos la palabra Barcino, el nombre romano de Barcelona a la que rinde homenaje el artista con esta curiosa escultura, perfectamente integrada con las piedras más antiguas de la ciudad.
En uno de los extremos de la Plaza del Rey encontramos un monumento que rompe con el gótico imperante de esa zona. Se trata de una pieza robusta de metal que parece desentonar con el entorno pero que a la vez se integra perfectamente. Topos V es una escultura que ejerce de puente entre la Edad Media y la modernidad.
Romántica y con un toque decadente, la plaza Sant Felip Neri es un rincón imprescindible en el paseo por el Barrio Gótico. Presidida por la iglesia barroca que la bautiza, la plaza dispone de algunos elementos históricos que la hacen especialmente atractiva, sobre todo cuando se percibe el silencio.
Lleva el nombre de "real" y lo es por su belleza. Con un regusto elegante acentuado por la fuente, las farolas y las palmeras, la plaza Real es una de las más bulliciosas y vitales de Barcelona, especialmente de noche. Y también es la más apreciada de las plazas porticadas de Barcelona.
Centro político desde los inicios de la historia de la ciudad, la plaza Sant Jaume es también un pulmón abierto al corazón del Barrio Gótico. Aquí se levantan los edificios más importantes para la vida barcelonesa y catalana: la Casa de la Ciudad o Ayuntamiento y el Palacio de la Generalitat.
Un auténtico pulmón de oxígeno en el corazón del Raval: así es la más joven de las ramblas barcelonesas. Se trata de una calle ancha con forma de boulevard donde encontramos gente de procedencias sociales, culturales y geográficas muy diversas.
El Palau Güell, obra de juventud de Antoni Gaudí, une la suntuosidad de regusto medieval con la extravagancia única del arquitecto. El edificio se acabó de construir en 1890 y fue la residencia privada del mecenas de Gaudí, el Conde Güell. El Palau Güell ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Trasládate a otras épocas en el corazón de Barcelona.