Santa Llúcia
Originaria de Siracusa, en la isla de Sicilia, su biografía tiene mucha similitud con la barcelonesa Eulàlia, copatrona de la ciudad. En ambos casos, las firmes creencias religiosas en la defensa de su fe cristina, hicieron que fueran perseguidas y torturadas durante el gobierno del emperador Diocleciano. En el caso de Santa Llúcia, una de las torturas que sufrió consistía en extraerle los ojos. De ahí que sea considerada la patrona de los invidentes, modistas y sastres. En la capilla románica que se conserva en su nombre, junto a la catedral de Barcelona, se celebra una misa especial el 13 de diciembre, día de su onomástica.
El mercado navideño de Barcelona lleva su nombre y es uno de los más antiguos de Europa: la Feria de Santa Llúcia. Tiene lugar frente a la catedral desde 1786, y en ella se puede encontrar todo tipo de decoración navideña para montar el árbol de navidad y el pesebre; aparte de una sección dedicada a artesanía local. La feria se convierte en una visita obligada para vivir el espíritu navideño barcelonés y conocer sus tradiciones.