10 motivos para disfrutar de la revolución gastronómica de Barcelona
A principios del año 2000, Barcelona y Cataluña fueron el epicentro del estallido de la cocina catalana en el mundo. Fue el inicio de un movimiento gastronómico, único e irrepetible, encabezado por unos cocineros visionarios, como Ferran Adrià, Santi Santamaria, Joan Roca y Carme Ruscalleda, que catapultaron nuestra cocina a la cima mundial.
Dos décadas después, las esporas de esa revolución en la alta cocina se han dispersado y multiplicado por todo el mundo. A aquel legado se le han sumado chefs, profesionales comprometidos y valientes, con proyectos de restaurantes en la ciudad, personales, singulares y sólidos, y que continúan con el ADN de nuestra cocina.
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Una cocina que ofrece genialidad e innovación constante, respeto por la tradición mirando al futuro y producto local y de temporada.
Hay muchas maneras de disfrutar de Barcelona y una de ellas es la revolución gastronómica que vive la ciudad, pero si necesitáis más motivos para probarla, ¡aquí tenéis algunos que seguro os convencerán!
Probar los mejores restaurantes reconocidos en todo el mundo
Barcelona tiene 29 restaurantes con 39 estrellas Michelin y 6 con la distinción Bib Gourmand, además de 45 establecimientos que han obtenido Soles de la Guía Repsol. Esto quiere decir que, si os gusta la cocina de autor, ¡en Barcelona la oferta gastronómica es inmejorable! Desde las tres estrellas Michelin del Lasarte, de Martín Berasategui, del ABaC, de Jordi Cruz y de uno de los 50 mejores restaurantes del mundo, el Disfrutar, capitaneado por Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas; pasando por las propuestas de fusión del Dos Palillos, de Albert Raurich y Tamae Imachi, el Koy Shunka, de Hideki Matsuhisa y el Caelis, de Romain Fornell, entre muchos otros, en Barcelona hay centenares de restaurantes que os esperan para sorprenderos y demostrar por qué la cocina que se hace en Cataluña es una de las más reconocidas en todo el mundo.
Conocer restaurantes únicos y con mucha historia
¿Os imagináis sentaros a la mesa de un local que abrió sus puertas durante la Revolución Industrial? Barcelona es una ciudad que respira historia por los cuatro costados, también en la gastronomía. Y para comprobarlo basta con acercarse a Can Culleretes, uno de los restaurantes más antiguos de la ciudad, situado en el barrio Gótico, que abrió sus puertas en 1789. ¡Pero este no es el único establecimiento con una larga historia detrás!
En Ciutat Vella encontraréis varios locales que nacieron en el siglo XIX y que siguen destacando y están en plena forma: el Bar Marsella —donde todavía sirven el famoso licor de absenta—, Los Caracoles, el 7 Portes, donde podéis probar un arroz Parellada y un pijama de postres, Casa Almirall y Els 4 Gats, entre otros.
Descubrir la auténtica cocina catalana
¿Sabíais que el recetario más antiguo de cocina catalana, El Llibre de Sent Soví, data del siglo XIV? Todo ha cambiado mucho, claro, pero la esencia de la gastronomía de Cataluña se ha mantenido y no hay un lugar mejor para descubrirlo que Barcelona, donde podéis probar las recetas más importantes de la cocina catalana. En el Gaig Barcelona, capitaneado por Carles Gaig, os esperan unos de los mejores canelones de la ciudad. En Can Ramonet, en La Barceloneta, podéis descubrir por qué la Bomba de la Barceloneta (una especie de croqueta grande hecha con patata y rellena de carne con un toque picante) tiene ese nombre y en el restaurante La Habana, en El Raval, no podéis dejar de degustar el fricandó, uno de los guisos más emblemáticos de la cocina catalana, que ha sido reconocido como Plato Favorito de los Catalanes en 2021.
Entrar y saborear los 39 mercados de producto fresco
Si os interesa saber de dónde sale la materia prima de los platos que podéis encontrar en los restaurantes de Barcelona, lo tenéis muy fácil. Basta con visitar alguno de los 39 mercados municipales de producto fresco que están repartidos por todos los distritos de la ciudad.
Los más conocidos y espectaculares son los de La Boqueria —que en 2017 fue nombrado mejor mercado del mundo— y el de Santa Caterina, en Ciutat Vella, pero cada barrio de Barcelona tiene su mercado: el de La Abacería y el de la Llibertat en Gràcia, el del Carmel, el de Sants, el de Hostafrancs. Entrad, pasead y descubrid qué comen y cómo compran los barceloneses y cuál es el origen de los productos frescos que se venden en ellos. Además, si tenéis hambre, también podéis sentaros a la mesa y tomar comida casera elaborada con los productos más frescos.
Sorprenderse con restaurantes que son obras de arte
Comer debe ser una experiencia para los cinco sentidos, lo cual significa que los restauradores tienen el reto de sorprendernos desde el momento en que entramos por la puerta del local. La diversidad arquitectónica y de estilos que veis en las calles de Barcelona también se refleja en sus restaurantes.
Podéis adentraros en los espacios modernistas de Els 4 Gats, el Cafè 1907 y la Fonda España, en el ambiente de los años 60 o de la gauche divine del Flash-Flash (especializado en todo tipo de tortillas) o en la arquitectura moderna del ABaC, el Disfrutar y otros muchos restaurantes que han apostado por el diseño, la innovación y la creatividad para sorprender a los visitantes, muchos de los cuales apuestan por la cocina mediterránea y de proximidad y que son protagonistas de la revolución gastronómica.
Disfrutar de un vermú al aire libre
Pasear por Barcelona un domingo a mediodía esconde sorpresas muy interesantes. No os extrañe ver las terrazas de los bares y restaurantes en plena ebullición de actividad, con grupos de amigos y familias sentadas tomando un aperitivo y un vermú. De hecho, la tradición del vermú, muy arraigada en todo el país, esconde todo un ritual: no pueden faltar las patatas fritas o bravas, con salsa picante; las aceitunas y los boquerones en vinagre, regados con salsas especiales y acompañadas de vermú negro. Muchos de los mejores vermús negros son originarios de Reus, cerca de Tarragona, y no hay mejor forma de descubrirlos que sentarse en una terraza y disfrutar de una tradición tan barcelonesa como la de tomar el vermú, o visitando las bodegas tradicionales de la ciudad, donde además de probarlos, podréis comprarlos.
Conocer las tradiciones gastronómicas
El patrimonio gastronómico de Cataluña se remonta a la época medieval y todavía hoy en día se basa en el valor del producto y del territorio que refleja la inmensa riqueza del paisaje catalán: el mar, la montaña, la huerta, los bosques... De esta tradición nacieron recetas que hoy en día son muy populares.
A los barceloneses los gusta la buena comida y es tradición celebrar los buenos momentos alrededor de una mesa. De hecho, es costumbre que las efemérides y las fiestas tradicionales lleven asociado algún alimento.
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Si visitáis Barcelona por Reyes, el 6 de enero, cuando los tres Reyes Magos llegan a la ciudad para dejar regalos, encontraréis roscones en los escaparates de las pastelerías: desde los más clásicos, de mazapán y fruta confitada, hasta versiones con nata y trufa.
Por Sant Jordi, las panaderías elaboran un pan especial, con queso y sobrasada que simula la señera, y por San Juan, coca de crema o de fruta confitada. ¿No tenéis bastante? Pues si venís a finales de octubre os esperan pequeñas sorpresas con forma de panellets, hechos con una base de harina de almendra con piñones y otras variedades, ¡están buenísimos!
El Jueves Lardero, durante el Carnaval, las charcuterías cuelgan botifarras de huevo y en las pastelerías abundan las cocas de chicharrones. Si preferís venir por San José, el 19 de marzo, probaréis una estupenda crema catalana y en Semana Santa podéis aprovechar para comer buñuelos de Cuaresma, unos dulces fritos con un toque de anís y cubiertos de azúcar, o comprar una mona de Pascua, el pastel tradicional decorado con huevos de chocolate que los padrinos regalan a los ahijados el lunes de Pascua.
Y en Navidad, uno de los momentos más mágicos del año en Barcelona, las comidas se celebran con una buena escudella, una sopa de galets con carn d'olla y canelones de rustido, sin olvidarnos de los dulces: los turrones, hechos con almendra, miel, clara de huevo y azúcar, de todos los sabores y variedades que os podáis imaginar, y las neules (barquillos), unas galletas enrolladas de harina, agua y azúcar con un toque de limón.
Ver cómo llega el pescado del barco a la lonja
En una ciudad moderna y cosmopolita como Barcelona, todavía pueden encontrarse actividades tradicionales relacionadas con la alimentación. Tenemos uno de los puertos más importantes del sur de Europa, con un tráfico de mercancías muy activo, pero también tenemos un muelle de pescadores, en La Barceloneta, donde cada día salen a faenar los barcos de la Cofradía de Pescadores y subastan el pescado, de lo más fresco, en la lonja, para que los restaurantes de la ciudad, algunos en el propio barrio, puedan preparar platos marineros para chuparse los dedos.
Compartir la apuesta de la ciudad por la sostenibilidad
El futuro es sostenible o no será, y en Barcelona hace tiempo que esta máxima impregna el modelo alimentario. De hecho, en la ciudad está el Biomarket, el primer mercado mayorista de alimentos frescos ecológicos de Europa, que forma parte de la estrategia alimentaria basada en los productos de proximidad y de kilómetro cero que puso en marcha la ciudad en 2021, cuando fue Capital Mundial de la Alimentación Sostenible. Todo ello podréis verlo también en los mercados de alimentación, con los distintivos de Comercio Verde, en reconocimiento a los puestos que potencian la producción local, y podéis encontrarlo en los restaurantes que trabajan con proveedores de proximidad.
Vivir acontecimientos gastronómicos todo el año
¿Cuando viajáis no os conformáis solo con recorrer la ciudad, sino que también queréis vivir las fiestas y las ferias? En Barcelona, la agenda gastronómica está repleta de propuestas interesantes que todos los años reúnen a miles de visitantes alrededor de la buena mesa ¡y la buena cocina!
Desde el Tast a la Rambla, a principios de junio, que reúne a restaurantes y productores al final del paseo más famoso de Barcelona, hasta el Mercat de Mercats, en otoño, cuando los mercados municipales salen a la calle con puestos y degustaciones, pasando por acontecimientos dedicados a la comida en la calle, como el Born Street Food, la Fira Àpat, dedicada a los alimentos catalanes de proximidad, en octubre, o el Mercat de la Terra, organizado los sábados por Slow Food Barcelona. ¡La ciudad es el sitio ideal para los foodies!
Y si tenéis la suerte de visitarnos en verano, os esperan comidas populares al aire libre en las diversas fiestas populares de los barrios de Barcelona, como Sants y Gràcia, y también durante la fiesta mayor de la ciudad, La Mercè, el 24 de septiembre.