Ruta Arquitectura y Diseño Olímpicos
En octubre de 1986, Barcelona fue elegida para ser sede de los Juegos Olímpicos de 1992. Durante seis años, la ciudad se transformó para abrirse al mundo durante el verano del 92. La arquitectura y el diseño tuvieron un gran protagonismo en ese cambio. Las áreas urbanas se revitalizaron y construyeron nuevas infraestructuras y espacios deportivos.
La montaña de Montjuïc se convirtió en el epicentro del evento, ya que se ubicaron allí grandes infraestructuras deportivas como el Estadi Olímpic o el Palau Sant Jordi. El derribo de antiguas fábricas y edificios industriales en Poblenou dieron paso al nacimiento del barrio de La Vila Olímpica, que se convirtió en una moderna zona residencial destinada a acoger a los atletas durante los Juegos Olímpicos. Aparecieron nuevos cinturones de circunvalación vial conocidos con el nombre de Rondas y se realizaron grandes intervenciones urbanísticas en la fachada marítima y en otras zonas de la ciudad como Vall d'Hebron.
En cuanto al diseño, se confeccionaron elementos ligados a los Juegos Olímpicos. Cobi, un perro de estilo cubista diseñado por Mariscal, se convirtió en la mascota oficial de la ciudad. Pegatinas, carteles, el archivador de la candidatura olímpica o incluso la antorcha olímpica que se utilizó durante los Juegos Olímpicos para llevar la llama desde la ciudad de Olimpia se conservan en el Museu del Disseny para acercar a los visitantes el recuerdo de ese gran hito histórico.