Bajada de las fallas. Una fiesta de fuego Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. 20/08/2018
¿Quieres vivir una fiesta llena de magia, luz y connotaciones místicas y tradicionales? Entonces no puedes perderte alguna de las diversas "bajadas de las fallas" que se organizan por la zona del Pirineo y Prepirineo, declaradas en 2015 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Te van a dejar boquiabierto.
Explicado brevemente, la bajada de las fallas consiste en llevar teas con fuego desde lo alto de la montaña hasta el pueblo cuando cae la noche.
El origen de la bajada de las fallas, como todas las tradiciones del mundo rural, está íntimamente ligado a los ciclos solares y agrarios. Antiguamente, este ritual era una forma de purificar los campos y los bosques, y a la población, con el objetivo de preservarla de los malos espíritus. También se hacía con la intención de agradecer a los dioses el éxito de las cosechas con la llegada del buen tiempo. Hoy en día, la tradición se mantiene y la celebración se convierte en un precioso recorrido de luz en procesión que tiene algo de atávico, liberador y mágico.
Antes de bajar las teas ardiendo, los transportadores de las fallas (los "fallaires") meriendan en lo alto de la montaña donde seguidamente deberán encender el "faro" cuando oscurece. El faro es una hoguera que se hace con árboles derechos en una zona aislada. Una vez prendido, cada "fallaire" encenderá su tea e iniciará el descenso hacia el pueblo guiados por el "padrino" o cabeza de la cuadrilla. La tea o falla está hecha con trozos de madera de pino sujetos a un palo de fresno o avellano y con alambres, como si fuera una antorcha. Dependiendo de la población, podríamos encontrar otras variedades de fallas. Lo que sí tienen en común es que la gente del pueblo las prepara artesanalmente semanas antes. Para transportarlas, hay que estar en forma porque algunas pueden llegar a pesar hasta 20 kilos.
El descenso de las fallas tiene dos partes: la primera, más pendiente, se hace caminando. Y luego, los "fallaires" echan a correr hasta llegar al pueblo, donde les recibirá la gente con alegría y los músicos de la banda tocando la tonada propia de las fallas. Finalmente las fallas se echan a una gran hoguera y se harán bailes o festejos a su alrededor. ¡Comienza la fiesta que puede durar toda la noche!
Muchos municipios de la zona del Pirineo y Prepirineo celebran esta tradición alrededor del solsticio de verano: Alins, Arties, Barruera, Boí, Casòs, Durro, Erill la Vall, Isil, Les, Llesp, La Pobla de Segur, Pont de Suert, Senet, Taüll y Vilaller. Y excepcionalmente, Bagà y Sant Julià de Cerdanyola lo celebran durante el solsticio de invierno en la noche de Navidad.
¡Elige el lugar y el día que mejor te vaya y vive en directo la magia del fuego!