Basílica de Santa Maria de Mataró
La basílica se alzó sobre lo que había sido un templo romano y una posterior construcción gótica de la que todavía quedan restos en la base del campanario. Proyectada por el arquitecto milanés Ercole Torelli en 1675, no la terminaría hasta 1737.
De su interior destaca la espectacular cúpula de estilo bizantino de la nave principal, soportada por una sucesión de pilastras corintias. Entre las obras de arte que embellecen el conjunto destacan las pinturas al fresco de la Capilla de los Dolores realizadas por el catalán Antoni Viladomat, el pintor barroco más importante de Catalunya o la intervención del decorador modernista Enric Monserdà en la Capilla del Santísimo a finales del siglo XIX. Un artista emparentado con el arquitecto mataronense Josep Puig i Cadafalch. El órgano ubicado sobre la entrada principal del templo data de 1927 y es el mayor de Catalunya con 12 metros de altura y 20 toneladas de peso.
Una basílica que, desde el corazón de la ciudad de Mataró, nos invita a descubrir el rico patrimonio arquitectónico que la rodea. Junto al templo, dando un agradable paseo, podemos disfrutar de una serie de casas modernistas hechas en su mayoría por el arquitecto Josep Puig i Cadafalch, hijo de la villa.
El monumento cuenta con la protección de Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) por la Generalitat de Catalunya desde 1998.