Avinguda Nova Icària
La intervención de Enric Miralles y Carme Pinós en l'Avinguda d'Icària, completado en 1992, forma parte del proyecto urbanístico de la Villa Olímpica creado para albergar a los atletas participantes de los Juegos Olímpicos. La avenida, paralela al litoral, estaba llamada a convertirse en uno de los ejes principales de la nueva zona residencial, y la existencia de infraestructuras de servicios en su subsuelo impedía el plantado de árboles. Esta limitación se aprovechó para reforzar el carácter innovador que se pretendía conferir al barrio, instalando un conjunto de pérgolas escultóricas en la acera central del paseo, ocupando el tramo comprendido entre las calles Arquitecto Sert y Joan Miró. Las pérgolas metálicas se asemejan a los árboles, aunque sus formas sugieren también alguna metáfora animal o incluso edificios destartalados. Cada pérgola está conformada por cuatro categorías de elementos. Primero, dos o tres soportes de acero que surgen del suelo como gigantescas ramas para luego retorcerse en diferentes direcciones. Segundo, vigas metálicas tubulares que arriostran los soportes y se agrupan en patrones irregulares. Tercero, un sistema de piezas planas de madera que se extiende sobre los tubos de acero a manera de persianas, dotando de sombra a los peatones. El último componente consiste en plataformas horizontales de forma irregular que dan la sensación de ser terrazas inaccesibles. Aunque los materiales y acabados son iguales, cada pérgola tiene un diseño único que la diferencia de las otras.