Parlament de Catalunya
La sede actual del Parlament de Catalunya, situado en Barcelona, es un edificio con una arquitectura imponente y una historia convulsa que se remonta al siglo XVIII, cuando fue construido como arsenal militar de la represiva Ciutadella. Las funciones parlamentarias del edificio se adquirieron con el advenimiento de la democracia y la recuperación de las libertades.
De la antigua Ciudadela que Felipe V mandó construir para controlar Barcelona, se conservan tres edificios: el palacio del gobernador, hoy un centro de enseñanza; la capilla, un edificio que actualmente es una parroquia militar; y el arsenal, sede del Parlament de Catalunya. La arquitectura de estas instalaciones mantiene el aire que le dio su arquitecto, el ingeniero militar Próspero de Verboom, entre 1716 y 1748. Las dos plantas y las buhardillas dispuestas en forma de cruz, en medio de la cual se alza la cúpula, le otorgan un aire robusto e imponente. La planta de cruz permite a su vez la apertura a cuatro patios interiores. Todo el conjunto lleva un acabado de piedra de Montjuïc y baldosa roja, y está decorado con bustos de personajes relacionados con el arte catalán, que pertenecen a la ampliación que se hizo a principios del siglo XX, cuando el edificio se convirtió en Museu Municipal de Arte, tras un intento fallido de instaurarlo como palacio real.
Finalmente en 1932 el Ayuntamiento lo cedió para que se instalara el Paralment, función que recuperó después de los más de 40 años de dictadura, por lo que la democracia volvió a dar sentido a este elegante espacio de historia contradictoria. Efectivamente, en abril de 1980, el Palau acogió la primera legislatura del Parlament autonómico restablecido.