Mural Todos juntos podemos detener el Sida.
Uno de los artistas más influyentes del street art, Keith Haring, dejó su trazo característico en el barrio del Raval de Barcelona en 1989. En solo cinco horas creó una obra que se ha convertido en un icono de la ciudad. Se titula Todos juntos podemos detener el sida. El artista acababa de ser diagnosticado de la enfermedad y fallecería un año más tarde.
Un friso de treinta metros de largo y dos de alto donde se representan personajes al más puro estilo Haring rodeados de una serpiente, símbolo del mal, entre tijeras, jeringuillas y preservativos. Unos muñecos en movimiento que tratan de huir de la amenaza de una enfermedad que causaba estragos a finales de los 80 y estigmatizaba a todo el que la padecía.
La obra original se perdió con motivo de la reforma urbanística que viviría la zona durante el año 1992. La elaboración de un calco permitió darle una nueva vida junto al Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (MACBA), donde comparte protagonismo con Eduardo Chillida y Jorge Oteiza.
El rojo elegido por Haring es una alusión a la sangre y al sufrimiento derivado de la enfermedad. Sin embargo, es una llamada al optimismo para hacerle frente, siempre y cuando todo el mundo se implique. Durante la realización del mural, la música de un radiocasete portátil y los niños que se le acercaban, fueron una buena fuente de inspiración para ayudar a Haring a terminar la obra en un tiempo récord.