Murales de la Nau Bostik
Las paredes exteriores de una antigua fábrica de pegamento para los zapatos es el escenario ideal para que diferentes artistas dejen volar su imaginación. Una empresa de Massachusetts (EEUU) de finales del siglo XIX abría una sede en Barcelona en 1923. Su especialidad eran los pegamentos y los adhesivos. Un siglo más tarde, el arte y la cultura siguen enganchados, a modo de relación simbiótica, que es fuente de inspiración de muchos artistas urbanos. Una lluvia de estilos y propuestas para un espacio de creación autogestionado donde también conviven el cine, el arte o el teatro.
Entre las obras se encuentra la de la artista portuguesa Daniela Guerreiro, que se inspira en una escena de la Capilla Sixtina de Miguel Ángel; un genio de azul intenso salido de una lámpara imaginada por Dish; o, una calavera que toma vida salida de la mano del italiano Riccardo Buonafede. Aparte de Kid Acné, Wedo u otras intervenciones que se superponen a las preexistentes.
Todo ello, un proyecto para envolver un espacio situado en el barrio de la Sagrera. Donde aparte de estas expresiones artísticas tienen lugar en su interior exposiciones, conferencias o espectáculos, entre otros.